Déjenme enseñarles cómo follarse unos a otros

A medida que continuamos siguiendo a Jordi a través de su vida sexual casual, desde trabajos ocasionales hasta mamadas, se encuentra asumiendo el siguiente trabajo temporal en su viaje como pluriempleo como conserje en un edificio de oficinas. Por supuesto, Jordi se topa con una oficina llena de mujeres extremadamente hermosas, todas vestidas con ropa convenientemente ajustada y desprovistas de cualquier afecto masculino que las ayude a aliviar sus frustraciones sobre su sexualidad reprimida. Desmayándose y riendo, especulan sobre el tamaño de la virilidad de Jordi y esperan atraer su atención. Finalmente, la atractiva oficinista Cameron Cohen decidió acorralar a Jordi en la sala de descanso y descubrir por sí misma qué tipo de calor estaba llevando. Las cosas se salen de control y, antes de que se den cuenta, ¡Cameron y Jordi están follando en sus escritorios a la vista de la oficina! Una vez más, nuestro héroe aprende una valiosa lección: ¡la vida es sexo!